Estar unos días fuera del trabajo o de las tareas diarias es clave para mantener una adecuada salud mental y por lo tanto, una salud integral. Las ansiadas vacaciones son el momento idóneo para olvidarse de la rutina, del estrés y de los problemas cotidianos. Es tan positivo el impacto en las personas, que incluso hay estudios que establecen los siguientes beneficios específicos para la salud de los que las disfrutan:
Vives más tiempo: tener al menos unas vacaciones al año reduce en un 20% el riesgo de presentar problemas cardíacos según estudio realizado en la State University de New York que encuestó a 12.000 hombres.
Duermes mejor: al no tener esa tensión continua del día a día, la presión arterial disminuye, desaparece el estrés… Así lo confirma el organismo Nuffield Health en un estudio.
Mejoras tu salud mental: quienes se toman días libres frecuentemente son menos propensos a la depresión, la tensión y el cansancio.
Inspiras la mente: al estar en un ambiente distinto, el cerebro piensa diferente, de manera que se encuentran nuevas fuentes de inspiración, creatividad y felicidad.
Pero… ¿hasta cuándo disfrutamos de estas consecuencias positivas? Hay diversidad de opiniones en cuanto a esta cuestión pero los más pesimistas afirman que estos beneficios en nuestra salud no se mantienen más de 15 días. En concreto, son las conclusiones de Jessica de Bloom, profesora de la Universidad de Radboud (Países Bajos), quien analizó a 96 trabajadores holandeses atendiendo a las siguientes variables: estado de salud, de ánimo, tensión, energía y satisfacción. En su investigación, los trabajadores observados volvieron en mejor estado del que se fueron pero durante el seguimiento se observó que estos niveles positivos empezaron a disminuir a partir de la primera semana, hasta desaparecer por completo los efectos positivos en solo dos.
¿Solución? Para De Bloom es clara, disponer de más vacaciones, pero si esto no es posible otro reputado psicólogo llamado Christian Jarret propone realizar más descansos pero de mayor brevedad, para así poder disfrutar de más días libres entre las vacaciones de verano y las de Navidad.
Desde La Brinza, te recomendamos seguir estos 3 sencillos consejos para disfrutar de unas vacaciones sin estrés:
1. Vivir el descanso sin objetivos y dejarse llevar por el deseo del momento.
2. Desconectar, es decir, olvidarse por unos días de encender la televisión o el ordenador, leer el periódico…
3. Disfrutar del aquí y del ahora, sin preocupaciones ni ocupaciones y sin pensar en el mañana.
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